Se cumplen hoy 5 años de la desaparición de nuestro compañero Julio López. 5 años de impunidad, 5 años de encubrimiento y silencio oficial.
Una vez más, recordamos cómo, ante su ausencia y a pesar de lo difícil que resultaba creer en la posibilidad de su secuestro, salimos a las calles a exigir su aparición.
La silueta de su rostro recorrió la argentina en multitudinarias marchas exigiendo su aparición con vida y el castigo a los responsables de su secuestro. Su imagen, testimoniando en el juicio del genocida Etchecolatz, se convirtió en el emblema de esta etapa de lucha contra la impunidad y por la aplicación de castigo a los genocidas.
A partir de ese momento y durante estos 5 años, la respuesta del gobierno nacional y provincial a nuestras demandas fue la descalificación y el silencio. Poblamos las calles con nuestro reclamo y recorrimos cuanto despacho oficial y judicial era posible.
Exigimos al gobierno una y otra vez, que impulsara la acción necesaria para dar con el paradero de Julio y con los culpables de su desaparición.
A pesar de los discursos soberbios y altisonantes, el gobierno que se autoproclama defensor de los derechos humanos, no consideró de su incumbencia ocuparse del tema. Por el contrario la presidenta inaugura las plantas de bioetanol con los Blaquier y premia a Mercedes Benz, empresas que entregaron a la dictadura centenares de trabajadores, que en su inmensa mayoría permanecen desaparecidos.
Por eso hoy, a 5 años, convocados por el Encuentro Memoria , Verdad y Justicia, estamos una vez más en la Plaza, reafirmando que:
Acusamos a los gobiernos nacional y provincial de encubrir la desaparición. Los responsabilizamos de usar el silencio para impulsar el olvido que sostiene la impunidad.
Los acusamos de haber renunciado a su responsabilidad de buscar y encontrar a nuestro compañero Julio, y a su obligación de detener, juzgar y condenar a los responsables.
Lo hacemos concientes de que esa política de impunidad es coherente con la política represiva que implementa hacia la protesta social.
La mano de obra genocida, así como sus discípulos presentes en las fuerzas de seguridad , están dispuestos y son utilizados para reprimir la protesta social.
El poder judicial demuestra palmariamente en este caso como es capaz de actuar cuando está al servicio de los sectores dominantes. La causa judicial de Julio es un ejemplo descarado de las maniobras de impunidad y encubrimiento de las que son responsables jueces y fiscales subordinados al poder político o a las fuerzas represivas.
Una vez más el discurso de derechos humanos del gobierno es un doble discurso. La realidad desmiente sus afirmaciones.
La anuencia oficial, del gobierno y de la justicia, con la desaparición de Julio y la impunidad que lo rodea , han sido la condición que facilitó el asesinato de Silvia Suppo, los secuestros de Gerez, Pouthod y de Víctor Martínez y las centenas de amenazas a testigos y querellantes en los juicios contra los genocidas.
Jamás se investigó a la Bonaerense, que en todos estos años, y en las más diversas situaciones , demuestra ser una verdadera organización mafiosa.
Hoy, a 5 años de la dolorosa desaparición de Julio, estamos en esta Plaza para ratificar la lucha popular contra la impunidad, para denunciar el encubrimiento, para oponer voz al silencio de los de arriba, para reclamar justicia.
Y, junto a nuestros 30000, está Julio con nosotros, exigiendo cárcel común y efectiva a sus secuestradores, a todos los represores y asesinos, a todos los genocidas.
Compañeros y compañeras: Levantamos aquí las banderas de la lucha por la memoria, por la verdad, por la justicia . Son las banderas de nuestra responsabilidad histórica con los compañeros detenidos desaparecidos y con Julio López.
Por ellos y por nosotros también levantamos las banderas del derecho inalienable y el compromiso a luchar por vivienda, trabajo y salario digno para todos, por educación y salud para nuestro pueblo, contra la entrega de nuestros recursos naturales, contra el pago de la ilegitima y usuraria deuda externa, contra la depredación ambiental de las empresas imperialistas. Por un país sin opresión, sin explotación, por el que ellos dieron su vida.
Por eso reinvindicamos y nos sentimos partícipes de las puebladas, movilizaciones; cortes de ruta, huelgas, ocupaciones de fábricas, de tierras y de edificios públicos, escraches a genocidas, acampes, piquetes, que son la expresión más genuina de la disposición a la lucha y de la rebeldía popular.
Porque defendemos el derecho a luchar y a organizarse de nuestro pueblo estamos aquí, con la misma convicción de Julio, denunciando al gobierno nacional y también a Macri y los gobiernos provinciales, por la brutal criminalización de la protesta social y por la impunidad, de las que son responsables.
Con dolor y con bronca tenemos que decir que:
En el último año fueron asesinados por las fuerzas represivas y por las patotas 14 compañeros.
Y que la respuesta del gobierno a la ola de luchas populares que recorren el país ha estado marcada por la represión.
que el gatillo fácil, instrumento de criminalización de la pobreza, sigue golpeando a nuestros jóvenes.
Estamos hoy alzando nuestra voz exigiendo juicio y castigo:
por Julio, por Luciano Arruga, por los chicos de Bariloche (Diego Bonefoi, Nicolás Carrasco y Sergio Cárdenas ), por Mariano Ferreira, por los hermanos Qom y Pilagá de Formosa ( Roberto López y Mario López), por Mártires López de Chaco, por los compañeros del Indoamericano (Bernardo Salgueiro, Rosemary Chura Puña y Emilio Canavari), por los compañeros de Jujuy (Ariel Farfan, Juan José Velazquez, Felix Reyes).
Como nuestro pueblo sí tiene memoria estamos, con Petete Almirón, Darío y Maxi, Cristian Ibáñez y Marcelo Cuellar, Carlos Fuentealba, Lázaro Duarte y con todos los asesinados por luchar en los gobiernos constitucionales posteriores a la dictadura
Estamos, junto a Julio, denunciando que la impunidad de los responsables políticos y materiales de los asesinatos de nuestros hermanos se garantiza una y otra vez, mientras se persigue y judicializa a los miles de trabajadores que hoy se organizan y reclaman. Así el poder judicial, sumiso a los mandatos del poder político, sigue procesando penalmente a los que luchan y dando curso a los juicios por desafuero de decenas de delegados en todo el país. Se persigue con el Código Penal en la mano, siguiendo la amenaza de Anibal Fernandez, a los dirigentes de organizaciones estudiantiles, obreras y de desocupados que reclaman en las calles. Son más de 4000 los procesados por luchar.
Estamos exigiendo la inmediata libertad de los trabajadores de Santa Cruz, presos por luchar, Víctor Oñate y Juan José Acosta , de Karina Germano, de Carlos Olivera.
Con la presencia y con la ausencia de Julio, estamos junto a los trabajadores de Kraft, de DANA, de Jabón Federal, de Fate, del Indec, del Teatro Colón, del Garraham y del Gutiérrez, del Hospital Francés, de los petroleros y docentes de Santa Cruz, de Sitraic, de Call Center y los tercerizados de Telefónica, del Subte y los ferroviarios; junto a los trabajadores desocupados, junto al movimiento campesino y a los pueblos originarios, junto a los estudiantes y todos aquellos que luchan, crean organizaciones y levantan su voz para exigir justicia, para exigir salarios dignos, para exigir tierra y vivienda, educación y salud para todos.
Así como Julio, a pesar de todas las torturas, de todos los horrores, de todas las injusticias, pudo plantarse frente a los poderosos y poner su voz por los que fueron privados de su voz, al servicio de nuestro pueblo, hoy estamos aquí , para seguir denunciando los crímenes contra el pueblo, para seguir luchando para conquistar un país sin opresión imperialista y sin explotación, que haga realidad los sueños de nuestros 30000 compañeros detenidos –desaparecidos.
Marchamos con vos, Julio, y exigimos al Gobierno tu aparición con vida YA!.
Castigo a todos los culpables!