Tragedia del Tren Sarmiento del último 22-2-2012
«La masacre de Once se presenta como extraordinaria y es un concentrado de lo más ordinario, de lo que pasa todo el tiempo en la Argentina: ser pobre no sólo es vivir peor, también es morir mucho más fácil».
Martín Caparrós en su Blog Pamplina.
Con indignación, dolor, consternación, los miembros de EATIP hacemos llegar nuestro más cálido abrazo a todos los familiares y personas heridas.
Nos sumamos enérgicamente a la exigencia de Justicia real y efectiva ya!!!
Como se dio a conocer en todos los medios de comunicación, el 22 de febrero, 51 personas fallecieron y más de 700 resultaron heridas cuando una formación del Ferrocarril General Sarmiento no logró frenar al finalizar su recorrido en la estación de Once.
A las 8.30 de la mañana, en plena hora pico, la mayoría de las personas que allí viajaban emprendían el camino diario hacia sus trabajos, sus lugares de estudio u otros sitios, en una escena que se repetía diariamente, levantarse, saludar a los seres queridos y partir a tomar el tren en las indignas mismas condiciones de hacinamiento en las que se viaja todos los días para llegar a la Capital. Sin embargo, ese miércoles la rutina estalló, otra vez el dolor, la tragedia y la muerte.
En esos servicios ferroviarios en manos de grupos empresariales mafiosos y sin control por parte del Estado. Con trenes que poseen más de 50 años de antigüedad, sin mantenimiento -a pesar de que el Estado destina millones dólares diarios en subsidios a las empresas concesionarias-, se produjo esta tragedia que era tan previsible como evitable. Igual que en Cromagnon se pone en evidencia una vez más la impunidad y la corrupción del sistema.
Sería mejor que los funcionarios, en lugar de intentar (vergonzosamente y dejando claro que no tienen idea qué implica viajar en tren) culpabilizar a las víctimas, se hagan cargo de sus responsabilidades.
Desde el EATIP, queremos hacer llegar a los sobrevivientes y a los familiares y amigos de las víctimas nuestro apoyo y solidaridad, y ofrecerles nuestro acompañamiento.