JORNADAS DE LUCHA CONTRA LA TORTURA EN LAS “DEMOCRACIAS” DE AMÉRICA LATINA. MÉXICO. Síntesis de la experiencia.

Los días 25 y 26 de Junio, se realizó en la ciudad de México la Jornada de lucha contra la tortura La Tortura en las “democracias” de América Latina, organizada por el Colectivo Contra la Tortura y la Impunidad (CCTI). Durante el primer día, por la mañana se realizó una conferencia de prensa en la que participaron Raymundo Díaz Taboada en representación del Colectivo Contra la Tortura y la Impunidad (CCTI), Ely Stacco por el Equipo Argentino de Trabajo e Investigación Psicosocial (EATIP) de Argentina y Marcelo Flores por el Instituto de Terapia e Investigación Sobre las Secuelas de Tortura y Violencia Estatal (ITEI) de Bolivia. Allí, cada expositor brindó un panorama sobre la situación por la que atraviesa cada país respecto a las violaciones a los Derechos Humanos, de lo cual se puede sintetizar lo siguiente:

• México: desde que Felipe Calderón anunció en 2006 su “guerra contra el narcotráfico”, alrededor de 60 mil personas han muerto. De éstas, se calcula que aproximadamente 9.600 son mujeres y 11.000 son migrantes que pasan por el territorio nacional. A esta cifra se suman más de5.000 desapariciones forzadas, de las cuales 30 corresponden a defensores de Derechos Humanos y 72 a periodistas. Otro dato a tener en cuenta es la cifra de los desplazados por la “guerra contra el narco”, la que se calcula que en alrededor de 160.000 personas, principalmente en los estados de Chihuahua, Nuevo León, Tamaulipas, Sinaloa, Michoacán, Veracruz, Guerrero y Oaxaca. En cuanto a los detenidos ligados a esta situación de violencia, el número se estima en 150.000 siendo prácticas frecuentes la tortura, tratos crueles, inhumanos o degradantes durante las detenciones, ya sean legales o ilegales. A este contexto, se suman los altos índices de migración y pobreza de por lo menos 52 millones de mexicanos (la mitad de ellos jóvenes y menores de edad).

• Bolivia: el 10 de Octubre de 2012 se cumplirán 30 años consecutivos de gobiernos constitucionales. Las movilizaciones sociales y levantamientos populares fueron parte de la historia durante estos 30 años. Con la llamada “guerra del agua”, se masificaron los bloqueos campesinos del año 2000, 2001 y 2002 e hicieron cumbre en Octubre de 2003 con el levantamiento popular nacido en la cuidad El Alto, que prácticamente “echó” del país al presidente Sánchez de Losada. Durante todo este tiempo, las agresiones a la vida humana con armas de fuego ha sido una de las modalidades de violación a los Derechos Humanos más grave y extendida en Bolivia tanto en tiempos de dictadura como de gobiernos constitucionalmente elegidos. El período 2000-2012 se ha caracterizado por un importante cambio en el escenario político nacional ante el ascenso de una propuesta de reformas encarnada por el Presidente Evo Morales Ayma y el MAS (Movimiento al Socialismo). Sin embargo, la polarización social y política se ha mantenido produciéndose en estos años distintos hechos que muestran que la violencia estatal, en varios niveles y formas, no está ausente y se constituye en una persistente amenaza para los Derechos Humanos y las libertades conseguidas por el pueblo. Algunos de los hechos mencionados fueron los acontecimientos de violencia y racismo en enero de 2007 en Cochabamba y en mayo de 2008 en Chuquisaca; la asonada autoamnistía en Santa Cruz y la masacre de campesinos en El Porvenir, Pando, en septiembre de 2008. En septiembre de 2011, la represión a la VIII Marcha de los Indígenas en Defensa del TIPNIS (Territorio Indígena Parque Nacional Isidoro Sécure), dejó como saldo más de 50 heridos. En este territorio selvático es donde el gobierno ya inició la construcción de una carretera transoceánica en convenio con el gobierno de Brasil, lo cual supone un gran daño al medio ambiente además de la invasión de dicho territorio por cocaleros que habitan territorios colindantes.

• Argentina: la lucha popular en defensa de los Derechos Humanos y contra la impunidad se coloca en el centro de la escena en nuestro país en el año 1977, con el surgimiento de las Madres de Plaza de Mayo. Con la asunción del gobierno constitucional de Raúl Alfonsín en 1983, el pueblo argentino continúa y extiende el reclamo de justicia por los crímenes cometidos durante la última dictadura militar. Haciendo un repaso de estos 29 años, se ennumeran y desarrollan hechos como el Juicio a las Juntas, los Indultos, la formación de la agrupación H.I.J.O.S, la rebelión popular de diciembre de 2001, los asesinatos de Kosteki y Santillán, entre otros. Así se llega al punto de que, a pesar de los grandes avances que ha logrado la lucha popular en nuestro país, la impunidad y las violaciones a los Derechos Humanos siguen vigentes. Esta situación se expresa en hechos como la desaparición de Julio López en 2006; la existencia de alrededor de 5000 luchadores sociales conprocesos judiciales abiertos, la sanción de la Ley Antiterrorista; la implementación del espionaje a luchadores sociales a través del denominado Proyecto X; el cierre de la Plaza de Mayo en ocasión de la visita de Bush a la Argentina; el asesinato del maestro Carlos Fuentealba en Neuquén (2007) en el marco de una lucha por la educación; la represión y las detenciones durante tres años a petroleros en huelga de la localidad de Las Heras, Provincia de Santa Cruz (2006); la combinación de gatillo fácil y represión al levantamiento popular en la ciudad de Bariloche, Provincia de Río Negro, que dejó un saldo de tres jóvenes muertos (2010); las brutales represiones por el desalojo de tierras en Villa Soldati, Capital Federal (2010), Libertador San Martín, Provincia de Jujuy (2011), Colonia La Primavera, Provincia de Formosa (2010), siendo asesinadas tres personas en el primer caso y dos cada uno de los últimos; la desaparición de Luciano Arruga a manos de la policía de la Provincia de Buenos Aires (2009); para nombrar sólo algunos ejemplos. Datos aportados por la Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI), afirman que en el período comprendido entre el 10 de diciembre de 1983 y el 10 de diciembre de 2011 ha habido 3406 muertos inermes –es decir, sin portación de armas- por parte de la policía. De esos 3406, 1838 son de la etapa kircherista. 880 corresponden al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner (estas cifras incluyen a las personas asesinadas en fusilamientos o en torturas en las cárceles). En síntesis, en estos últimos 9 años se han sancionado leyes represivas, se ha judicializado la lucha popular, han desaparecido Julio López y Luciano Arruga, se han asesinado decenas de personas en hechos represivos que en su mayoría se encuentran impunes y se ha encarcelado a numerosas personas por causas políticas.

 

Por la tarde, se realizó la mesa Tortura en las “democracias” latinoamericanas con la participación de Fernando Valadez del CCTI (México), Marcelo Flores del ITEI (Bolivia) y Ely Stacco del EATIP (Argentina). En este último caso, para graficar la situación del caso argentino, la exposición comenzó con la presentación de un video al que se puede acceder a través del presente link:

http://www.youtube.com/watch?v=72_XMAmW1yo&feature=youtu.be.

 

 

Para finalizar el día, se realizó un evento cultural a cargo del grupo de teatro Los Zurdos, la Orquesta Camboyana de Sullivan y la exposición del artista plástico Sergio Naranjo.

El día dos de la jornada se inició con un trabajo grupal sobre situaciones y experiencias de abordaje de casos de tortura en distintas zonas de México. Se formaron dos grupos que luego hicieron una puesta en común en discusión plenaria.La siguiente mesa estuvo conformada por testimonios de sujetos que habían sufrido situaciones de tortura. Se leyeron los relatos de tres personas que no pudieron asistir por encontrarse detenidas; transmitió su experiencia un ex detenido chileno durante la dictadura y exiliado en México y también tomó la palabra una sobreviviente de la represión de Atenco en 2006. Sus relatos fueron muy fuertes y conmovedores. El último de ellos es para destacar, en tanto Italia, quien habló, fue la primera vez que se permitió llorar al contar su experiencia. Fue arrestada por la policía en un domicilio particular junto a 47 mujeres. Allí se encontraba también junto con un amigo y su compañero. Cuando empiezan los golpes, dice “me pongo un chip en la cabeza, es importante que no noten los vínculos”. Y lo consiguió. Comienzan los interrogatorios, en donde junto con los golpes y el maltrato aparecen las preguntas por su filiación política, por si conocía al Subcomandante Marcos, etc. Luego la trasladan a un camión, el cual para ella representa el horror. Había muchas personas apiladas unas sobre otras, ensangrentadas. Es allí, encima de otros compañeros, donde comienza la tortura sexual, introduciéndole objetos en la vagina, la muerden, la tocan, entre otras tantas vejaciones. Asimismo, Italia destaca que una de las cosas que más la afectó es el lenguaje que utilizaban sus torturadores, “lo que decían, era asqueroso”. Y allí pasa a relatar el episodio que para ella fue el más traumático de todos: comienzan a golpearla fuertemente en los glúteos. Una de las personas que estaba debajo de ella intenta luchar y defenderla, decirles que paren, por lo que sufrió una gran reprimenda con golpes y maltratos. Mientras seguían estos golpes, Italia nos cuenta “Me pedían que les dijera ‘vaquero’. Yo no quería, si yo hablaba era quebrarme. Pero no lo soporté más y decidí decirlo”. La tortura es la deshumanización misma, es una práctica en donde se cosifica al sujeto, el otro no es otro, su cuerpo es una cosa que se utiliza para dañar y obtener información. A través de estas vejaciones “buscan quebrarte”, como dicen los ex detenidos-desaparecidos de Argentina. Probablemente Italia siente algo de esto en ese momento, por eso el hecho toma tanta relevancia generando grandes sentimientos de culpa. Culpa que debe intentar ser extinguida en tanto no es racionalmente justificable, dado que la situación de asimetría entre torturador y torturado es total, pudiendo perder el sujeto las coordenadas y posturas que lo sostienen como tal, es decir, “quebrándose” ante quien detenta un poder absoluto.Dentro de ese camión, Italia tenía la certeza de que la iban a matar. Pero cuando sale, ve que había muchos periodistas y medios de comunicación. “Ahí supe que me salvé”, relata. La llevan aun penal, en donde había una fila enorme de mujeres en la misma situación que ella. Se incorpora a esta hilera en un estado de desesperación y desolación enormes. Allí es cuando la mujer que se encontraba inmediatamente antes que ella, le pregunta “¿Estás bien?” y le sonríe. Italia dice “Ahí volví, regresé a la vida”. Este accionar sería el opuesto a la cosificación a la que apunta la tortura. Otro la había vuelto a reconocer como sujeto, a ponerla a la par al preguntarle si se encontraba bien y sonreírle. No era sólo una “cosa” a ser golpeada y humillada, era una persona encontrándose con otra. A partir de allí, Italia supo cómo seguir: “cuando trajeron a una mujer a mi derecha, yo sabía lo que tenía que hacer porque alguien lo había hecho conmigo”.Una vez presas, Italia y sus compañeras decidieron comenzar a escribir, relatando que era vital que se supiera lo que habían hecho con ellas. Dudó si contar o no el episodio de “vaquero”, pero finalmente decidió escribirlo porque “sino iba a reventar”. Destacamos esta decisión de Italia, en tanto permite comenzar a no hacerse cargo de esa asimetría entre torturado y torturador y empezar a liberar sentimientos que se enlazan con la humillación y la culpa. Al mismo tiempo, esta necesidad de hablar fue acompañada de una disociación subjetiva. “Me convertí en hierro, era capaz de hablar sin que se me moviera una fibra”, relata. Es decir, Italia relató su experiencia innumerables veces, tomó a su cargo, junto con otras mujeres, una tarea de militancia social respecto a los hechos de Atenco, participó en muchísimas actividades. Sin embargo, todo esto lo realizó como si todo lo que le ocurrió le hubiese pasado a otra persona y no a ella. Pensamos que esta disociación es una estrategia inconciente utilizada al modo de una defensa. El dolor es tan intenso, la situación vivida está tan al límite de lo elaborable que ese aspecto se separa y se aísla afectivamente. En un primer momento, esta defensa probablemente haya sido eficaz, pero a la vez primitiva. Por lo cual es necesario que aquello que estaba disociado, separado, vuelva a unirse para poder elaborarse, que pensamientos y sentimientos vuelvan a conjugarse y desde ese lugar poder hablar en un intento reparatorio. Creemos que algo de esto es lo que comienza a hacer Italia al permitirse llorar mientras habla en estas jornadas. Dado que, como relatamos al principio, es la primera vez que realiza estas dos acciones juntas. Italia se permite hablar y llorar ya que está “entre compañeros”, dice. Saber que quienes estábamos allí tenemos el mismo objetivo que ella, una práctica social y profesional contra la tortura y en defensa de los Derechos Humanos, conformó un espacio contenedor y de apoyo que le permitió expresar sus sentimientos sin desestructurarse completamente, lo que destacamos como un hecho muy importante en tanto esa no disociación habla de un comienzo de elaboración subjetiva más profunda y en tanto recordar y elaborar permiten no repetir y abren nuevas posibilidades de reparación.

Para acceder al testimonio de Italia: http://www.livestream.com/cctitv/video?clipId=pla_f929af43-e9a6-47fc-870a-f2a7c6394143&utm_source=lslibrary&utm_medium=ui-thumb

 

La Jornada finalizó con una mesa de balance en la que los participantes de distintos lugares de México, de Bolivia y de Argentina pudimos expresarnos en cuanto a la riqueza de la experiencia y a los agradecimientos a quienes hicieron posible que se conformara este espacio de trabajo e intercambio.